Etiquetado de la caducidad de los alimentos

Los alimentos son esencialmente tejidos y sustancias producidas por los seres vivos y, como ellos, sufren un proceso inevitable de deterioro con el paso del tiempo. Los procesos causantes de la alteración de los alimentos son el crecimiento microbiano y las reacciones químicas no biológicas de las sustancias que lo integran.

El consumo de alimentos en mal estado puede acarrear consecuencias negativas para la salud. Aunque la mayoría de las toxiinfecciones alimentarias causan daños leves, a veces pueden ser muy graves y resultar, incluso, mortales.  Aunque un alimento consumido fuera de plazo no sea perjudicial para la salud, puede ser defectuoso y no tener la calidad óptima. Por otra parte, la comprensión incorrecta de las fechas de vida de un alimento nos puede llevar a desechar alimentos que podrían consumirse, con el consiguiente desperdicio económico y medioambiental.

La vida mínima de un alimento es el tiempo en que un alimento es seguro para el consumo humano y mantiene sus características propias, de tal modo que es deseable o aceptable por el consumidor. Estas características que definen la calidad del alimento pueden ser de índole sanitaria, física, química o meramente gastronómica.

La industria alimentaria establece la vida de cada tipo de alimento mediante procedimientos que incluyen el estudio de las características particulares de un alimento y su proceso de fabricación. A continuación, se simulan las condiciones de conservación y se analiza el alimento en distintos momentos. Con estos datos se construyen modelos fiables de la evolución del alimento que permiten calcular su vida esperada. La fecha que se etiqueta es menor que la vida esperada calculada. Esto añade un margen de seguridad.

 

NORMATIVA

 

En la Unión Europea, el etiquetado de la duración de un alimento lo regula el Reglamento (UE) 1169/2011 sobre información alimentaria facilitada al consumidor. El fabricante está obligado a comunicar la fecha de duración mínima de un alimento en la etiqueta y, además, hacerlo siguiendo unas reglas muy concretas y detalladas. Esta fecha de duración mínima puede expresarse de dos maneras; “consumir preferentemente antes de” o “fecha de caducidad

En el caso de productos congelados debe indicarse la “fecha de congelación”

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, también conocida como EFSA por sus siglas en inglés (European Food Safety Authority) también tiene su propia guía a modo de orientación sobre el etiquetado de las fechas y la información relacionada con los alimentos. (Documento descargable al final del artículo)

Existen otras denominaciones extraoficiales cuyo uso no es recomendable, pues pueden inducir a error al consumidor o ser incluso contrarias a la normativa, tales como la fecha de envasado, fecha de fabricación, vida útil, vida comercial, tiempo de comercialización o vida de anaquel.

Algunos alimentos no requieren el etiquetado de la fecha de duración mínima, bien sea porque el paso del tiempo no afecta a su seguridad, bien por la dificultad de etiquetado de la unidad de venta o bien porque el consumidor los rechaza debido la pérdida de sus propiedades mucho antes de que resulten un riesgo para la salud. Están excluidos de la obligación de indicar la fecha de duración mínima los alimentos siguientes;

  • Frutas y hortalizas frescas no procesadas.
  • Vinos y bebidas alcohólicas con un grado mínimo del 10%.
  • Panadería y repostería diaria.
  • Vinagre.
  • Sal.
  • Azúcares sólidos.
  • Porciones individuales de helados.
  • Productos de confitería como azúcares coloreados y gomas de mascar.

 

DIFERENCIAS: FECHA DE CADUCIDAD VS. FECHA DE CONSUMO PREFERENTE

 

La fecha de caducidad hace referencia a la seguridad alimentaria, mientras que la fecha de consumo preferente lo hace a la calidad del alimento.

Fecha de caducidad

Hay alimentos que desde el punto de vista microbiológico son muy perecederos y su alteración puede resultar en un riesgo para la salud del consumidor. Estos alimentos deben ser consumidos antes de su fecha de caducidad, pues más allá de ella no existe una garantía sanitaria y el alimento no es seguro. No pueden venderse ni deben consumirse si han superado la fecha de caducidad.

Los alimentos a los que típicamente se aplica una fecha de caducidad son productos frescos y semiconservas tales como, por ejemplo, carnes, pescados, lácteos, zumos no pasteurizados y platos cocinados refrigerados.

Fecha de consumo preferente.

Los alimentos en los que el crecimiento microbiano es difícil no presentan los problemas comentados arriba y por ello suelen resultar seguros durante un tiempo prolongado. Sin embargo, su calidad podría haberse deteriorado durante este tiempo, aunque la calidad sanitaria no lo haya hecho. Su consumo más allá de la fecha indicada es generalmente seguro desde el punto de vista sanitario, pero sus propiedades se han podido perder. El fabricante no garantiza que el sabor, olor, aspecto o textura del alimento sean las correctas. No deben venderse más allá de la fecha de consumo preferente por motivos comerciales, no por motivos sanitarios. El consumidor puede a menudo comerlos más allá de la fecha de consumo preferente sin riesgo para su salud, aunque es posible que el alimento ya no tenga la calidad ideal.

Los alimentos en los que se emplea la fecha de consumo preferente son, por ejemplo, las conservas, los alimentos secos y los congelados.

La vida mínima es válida siempre que se respeten las condiciones de conservación indicadas por el fabricante. En caso contrario, la vida del alimento se acorta y las fechas no son una garantía. Es algo que a veces ocurre. Sin embargo, a menudo el consumidor no puede comprobar que se hayan cumplido siempre las condiciones de conservación prescritas.

También deben seguirse las instrucciones de uso que proporciona el fabricante en el etiquetado sobre la manipulación, descongelación, cocinado y otras aplicaciones.

El consumidor puede seguir unas prácticas sencillas que le ayudarán a consumir los alimentos con seguridad. Respetando escrupulosamente las condiciones de almacenamiento y manipulación prescritas por el fabricante. Antes de su consumo, comprobando que el alimento tiene las propiedades de aspecto, textura y olor características.

 

EFSA_Guidance_on_date_marking_and_related_food_information

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